jueves, 13 de octubre de 2011

PUNTA INDIO, 666 Hab.

Al contrario de Dios, Satanás siempre se le encuentra en cualquier lugar donde uno lo sepa buscar.
Iniciamos los 4 un viaje a ese lugar desconocido con un filtro puesto. Un filtro que le otorgaba de un misticismo oscuro a todo lo que podíamos ver.
Nuestra idea era buscar historias extrañas pertenecientes a la ruralidad y que en punta indio ya teníamos un indicio de que lago podríamos encontrar, ya que en el 2001 habían 666 habitantes y todo parecía mostrarnos señales de que detrás de cada cosa común había una extraña historia.
Las vírgenes y los santos empezaron a notarse, el colectivero encomendaba a ellos su vida y por lo tanto, la nuestra. Y empezaron las preguntas: ¿ese pasajero porque usa un bastón? ¿Por qué su cinto rojo en su muñeca? ¿a que le temen?.
No pienso nombrar lo que obviamente se encuentra en un pueblo, solo lo que yo fui a buscar, y lo extraño es que todo estaba esparcido, no había pueblo, no había centro ni plaza, todo estaba separado, como las historias y como nuestras ideas.
La búsqueda de orientación nos llevo donde Juan Cruz, el vendedor que tenia ganas de hablar y contarnos que en este lugar además de playa y turismo habían ovnis, brujería y hoteles abandonados.
Caminamos hacia los abandonados lugares que resultaron normales a nuestra visión, probablemente porque ya los esperábamos y extrañamente lo que nos transmitió mas misterio fueron las cosas normales, caminos campestres, la iglesia de noche, el amanecer de una playa vacía, los perros de ojos diferentes, las fotos con obturación de 30 segundos, el pantano, la sanadora Soraida que se transforma en… nunca supimos, una oveja atada y una cabeza de pescado, la luna despejada y el sol nublado, pero sobre todas las cosas que presenciamos una realmente llamo nuestra atención y que procedo a narrar:
A las 3 y media de la mañana, se aproximo un auto en frente de nuestra carpa a una distancia de 30 mts, con las luces encendidas hacia el mar mientras nosotros mirábamos bajo la sombra de un árbol. Del auto se bajan 3 hombres gordos y con gestos de rudos, yo no podía ver sus rostros pero imaginaba sus ceños fruncidos. Dos de ellos se quedaron frente a las luces del auto con aspecto de estar vigilando mientras el último pasaba en medio de ellos con algo en la mano que lo deposito en el suelo.
Las luces del auto les daban un aspecto siniestro que insinuaba a los personajes de la mafia latinoamericana, el mismo hombre que deja algo en el piso continua caminando hasta el agua mientras los otros lo observan sin hablar, el hombre se queda un largo rato agachado frente al agua solo tocando algo en el piso hasta que decide volver, cuando vuelve los hombres se meten en el auto y el se pone a orinar justo en una posición en la cual nos ve, y se queda mirándonos fijamente durante un tiempo que para nosotros fue inmenso, ya que solo nos comunicábamos entre risas nerviosas y con el mismo temor de no saber que estábamos presenciando.
El hombre se monta en el auto y pasa por el lado de nosotros observándonos como si la cámara lenta fuera su forma de moverse siempre. Dio una vuelta y se fue.
Todo esto hizo parte de punta indio
Todo puede ser producto del filtro que les mencionaba… o no.

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